En alguna ocasión, leyendo alguno de mis blogs
favoritos, meditaba sobre la libertad que tenemos; muchas veces es libertad
positiva o negativa. Como personas libres, existen muchas cosas que ponen límites
a nuestra libertad.
Es decir, si pertenezco a cierto tipo de organización, mi
libertad está restringida por las reglas que ésta debe de tener para sus
miembros, o libertad negativa, como decía el apóstol Pablo, lo puedo hacer,
pero no me es lícito, I Cor. 10:23. “Todo me es lícito, pero no todo conviene;
todo me es lícito, pero no todo edifica.” Por otra parte, existe la libertad positiva,
es decir, aquélla en la que puedo hacer lo que quiero, pero el privilegio de esa
libertad me motiva a usarla responsablemente.
Por ejemplo, puedo salir con los amigos y desvelarme el fin
de semana, si quiero, pero la libertad con responsabilidad me dice que si
decido no hacerlo es hacer uso de la libertad que tengo responsablemente.
Pues bien, hay muchas cosas, como, compromisos contraídos, con
el trabajo, con la familia, con los amigos que restringen nuestra libertad, es
decir somos presos por la palabra de nuestra boca. “Te has enlazado con las
palabras de tu boca, Y has quedado preso en los DICHOS de tus
labios. PROVERBIOS 6:2.
Sin embargo, en la palabra RHEMA de hoy, me dice que LA PALABRA DE DIOS NO ESTA
PRESA. El apóstol Pablo le escribe a Timoteo y le dice que sufre por el señor
como un malhechor, (siendo un prisionero), pero dice la palabra de Dios no está
presa,” 2 DE TIMOTEO 2:9. Me anima y me fortalece mucho pensar que aunque
vivimos bajo tantas restricciones, que somos presos de nuestras propias decisiones
o de nuestras propias palabras, tenemos compromisos aquí y allá, con el mundo,
con el trabajo, con las cosas, pero aun así, La palabra de Dios sigue
actuando en nosotros, , debe de motivarnos y persuadirnos a permanecer en
EL, sabiendo que el que comenzó la BUENA OBRA en nosotros, la perfeccionará
hasta el día de Jesucristo. FILIPENSES 1:6.
En mi vida diaria, tal vez no tenga el tiempo, o la libertad
para hacer todo lo que quisiera hacer para Dios, pero SU PALABRA, sigue
actuando en mi, ya lo dijo Jeremías cuando quiso resistirse a predicar la palabra
de Dios, decía que era como un fuego dentro de el, que no pudo resistir. Así,
nosotros el impulso natural de hijos de Dios nos hará a seguir viviendo y
compartiendo el conocimiento y los milagros de Dios con los demás. LA PALABRA DE
DIOS NO ESTA PRESA!
Dios te bendiga poderosamente. Escribe a pedromendoza_dl@hotmail.com